"Todos tenemos antepasados que ejercieron una influencia positiva y buena en nuestras vidas, y ayudaron a conformar nuestro futuro. En la oración, recogemos y entregamos a Dios tanto lo positivo como lo negativo” P. Robert De Grandis. Espíritu Santo de Dios, dulce huésped del alma,
aletea en mí, vive enmí, habita en mí.
Guíame a lo largo de este tiempo de oración para que,
movido por la acción profética que Maria
quiere realizar en nuestras familias,
podamos cooperar a la regeneración de la humanidad.
Llénanos de tu presencia, Espíritu Santo,
para que las diversas generaciones de nuestras familias
puedan, como María, proclamar las maravillas que el Señor
ha realizado y quiere seguir realizando entre nosotros,
mediante nuestra confianza en ella y en Jesús. Amén.