La Liturgia no es un evento que consista en buenas ideas y canciones estupendas. La Liturgia no se hace ni se inventa. Es algo vivo que ha crecido en la fe a lo largo de los siglos. “La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (Concilio Vaticano II).
Celebrar la Liturgia supone encontrarse con Dios: dejar que él actúe, escucharlo, responderle. Estos diálogos se expresan siempre en gestos y palabras, en el lenguaje armonioso de signos y símbolos, que pueden ser personas, palabras, cosas…
Lo-de-Dios nos habla en la sensibilidad de lo-humano. Este Manual quiere colaborar, a partir de lo que el Catecismos de la Iglesia Católica nos propone, a ahondar en el tema, para que los bautizados, que somos Iglesia-sujeto de la Liturgia, hagamos carne propia, en las diversas celebraciones, los misterios de la redención que la Liturgia hace presentes.