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Domingo IV de Pascua (21 de abril)
“YO SOY EL BUEN PASTOR. EL BUEN PASTOR DA SU VIDA POR LAS OVEJAS”

Viernes 19 de Abril de 2024

P. Fredy Peña Tobar, ssp

En este cuarto domingo de Pascua, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, instituida por el papa Pablo VI (1964) y, en el evangelio, Jesús se declara el Buen Pastor, ya que conoce a sus ovejas y es capaz de dar la vida por ellas. Su discurso quiere reafirmar que él es el verdadero pastor de su pueblo y que puede constituir un nuevo rebaño o comunidad mesiánica. Él es la puerta que da acceso a la salvación; el Buen Pastor que comunica vida y en abundancia.

En la mentalidad judía existía la convicción de que Israel era el rebaño protegido por los cuidados amorosos de Dios: “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar…”, (Sal 23, 1). Sentían que, ?reyes, dirigentes religiosos, gobernantes y profetas?, habían sido puestos por el designio de Dios, y, por tanto, tenían el deber moral de suministrar los bienes materiales y espirituales necesarios al pueblo. Jesús, conociendo esta realidad, les reprocha a estos últimos su incapacidad para liderar y gobernar, porque en vez de buscar el bienestar del rebaño solo se han aprovechado de él. Por esta razón, los dirigentes judíos rechazan a Jesús como pastor, porque los ha desenmascarado y ha expuesto su falta. En efecto, Jesús no es el líder político y liberador que imaginaron.

Sin embargo, Jesús no es un pastor falso o aparente, como los antiguos dirigentes o reyes, que se presentaban como representantes de la acción de Dios, pero no la llevaban a la práctica. Él conoce a sus ovejas y estas responden a su llamado. Por eso, como hijos de Dios, no somos su rebaño pasivo que únicamente adhiere a cumplir normas o códigos, sino que somos un rebaño “vivo”, que sigue a Jesús, muerto y resucitado. Por eso, Jesús, el Buen Pastor ha de verse reproducida en todos aquellos que lideran y cooperan frente a la comunidad para servirla con la caridad, instruirla en la verdad salvífica, reconciliarla y defenderla de todo mal.