San Pablo

Por una herida interior

Amigo san Roque, hombre sencillo, de un amor sin límites a Jesucristo y, por él, a los hermanos, tú experimentaste el dolor de una herida corporal, lo cual te hizo más compasivo con los heridos de cuerpo y alma. Pido tu intercesión ante Dios, para que me bendiga con su ternura interior que llevo y que muchas veces me pesa. Que al sentir la mano de Dios sobre mí, pueda imitarte en la solidaridad con quien sufre, sabiendo que estamos llamados a ser sanadores heridos. Amén.

Para liberarme de aquello que me ata

San Roque, que abandonaste todo lo que te apartaba de Dios y te entregaste por entero a la oración y a la caridad, ayúdame con tu poderosa intercesión a no mantenerme atado a los criterios de este mundo, que ponderan poder, placer y dinero. Que el buen Dios me ayude a sanar mis afectos, para vivir en la libertad de los hijos de Dios, como vos. Amén.

Por un camino nuevo

Bendito san Roque, peregrino por Europa y por la infinidad de corazones que te invocan como intercesor, confiado en tu cercanía a nuestro Señor Jesucristo, pidámosle juntos por un nuevo camino que estoy por emprender. La ansiedad, cierto temor e inseguridad a lo desconocido, son experiencias que me rodean, sin embargo, con tu ayuda, quiero vivir en la confianza absoluta en Dios, para cuya gloria comienzo esta nueva etapa. Amén.

Por cualquier peste

San Roque, peregrino, infectado, encarcelado, tú que sanaste los cuerpos y llevaste hombres a Dios, intercede por nosotros y sálvanos de las miserias del cuerpo y del alma. Amén.

Por mi perro

Querido san Roque, que fuiste auxiliado por un hermoso perro, cuya imagen quedó siempre a tu lado en muchos altares: que el Señor bendiga a mi mascota (su nombre), que acompaña mi vida. Que todos crezcamos en un sano amor a nuestros compañeros de cuatro patas y que nadie los maltrate ni abandone. Que no olvidemos, queriéndolos a ellos, del deber sagrado de cuidar sobre todo de nuestros hermanos, especialmente de aquellos que nos necesitan. Amén.