Hermana Ana Mira, Hija de San Camilo.

El Padre Luis Tezza, sacerdote camilo (Conegliano, 1841- Lima, 1923) hanía recibido cuando era aún pequeño, una peculiar revelación del amor del Señor que lo cuidaba así como él era, estaba empapado de una íntima comunión con ese amor compasivo y comprensivo, que todo lo envuelve y nunca tendrá fin. Por eso él fue paciente, comprensivo, lleno de bondad y misericordia. Era muy dulce y cariñoso; era tan amable y tierno que todos lo buscaban, era fácil acercarse a él precisamente por su afabilidad y dulzura.

En la maraña del tejido histórico-humano en que vivió donde se cruzaban caminos y olas, escenarios de revoluciones y misiones, malos entendidos personales y extraños intereses, el buen Padre Tezza mantuvo siempre una inalterable calma de espíritu. Él decía que todo se resuelve con el amor, él sabía abrir los corazones con su dulzura para que sean invadidos por el Espíritu que hace sentir paz y consuelo interiormente. Así contagió, una a una, algunas jóvenes que comenzaron a entregarse al Señor y a servirlo en sus hermanos y hermanas con la ternura de una madre. De esta manera, en la humildad y en el silencio, dio vida a la Congregación de las Hijas de San Camilo.

El Padre vivía inmerso en una misericordia sin medida, entregándose a los enfermos más necesitados en las salas de los hospitales y en las casas particulares en Roma, en Lille (Francia) y luego en Lima (Perú). Con un confiado y sereno abandono en los brazos del Señor, escribe a sus hijas: "Yo navego tranquilamente en la barca de los deseos del Corazón de Dios". Para el Padre Tezza, lo único necesario era ponerse en las manos de Dios y dejarse guiar, en la confianza de que Jesús nos ama con un amor gratuito, lleno de misericordia y de ternura.

                                                                                                                                                                                                                 Hermana Ana Mira, Hija de San Camilo.

Un milagro entre los escombros

El milagro atribuido por la intercesión del Padre Tezza para su beatificación en 2001 aconteció en Lima, Perú, en 1993. Domingo Nieves trabajaba en la construcción de la casa de reposo para ancianos que las Hijas de San Camilo habían proyectado. Se había encontrado una estampita con la imagen del Padre Tezza, a la que solía rezarle. Cierto día, mientras hacñia excavaciones, cayeron sobre él unos cuatro metros cúbicos de tierra y piedras, que lo taparon completamente. Domingo tan solo recuerda que se encomendó a Dios y al Padre Tezza. Sus compañeros lo rescataron y su sorpresa fue grande: salió ileso. Hecho certificado por médicos, exámenes y la fe.