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SANTA ROSA DE LIMA

Martes 23 de Agosto de 2022

Por: Hna. Cynhia Folquer, OP

 

Rosa nació en Lima en 1586 y fue bautizada con el nombre de Isabel. Cuando tenía ya edad de contraer matrimonio, ella se opuso al compromiso que sus padres le proponían, revelando que había decidido consagrarse a Dios. Con este gesto, Rosa ponía de manifiesto sus deseos de libertad y su capacidad para elegir de manera autónoma su futuro, algo inusual en una sociedad como la de Lima de aquella época. Los testigos de su vida coincidieron en un rasgo esencial de su biografía: el compromiso con los más vulnerables de su ciudad. Era tan grande su caridad que la ejercía sobre todo con los pobres, indios y negros, a quienes acogía en su propia casa, para curarlos y socorrer en sus necesidades. Esta actitud de acogida y cuidado hacia los más vulnerables, Rosa la denominaba “dejar a Dios por Dios”, porque ella abandonaba sus momentos de oración para ejercer alguna obra de caridad. Rosa vivió esta profunda compasión junto a una intensa vida de oración, y encontró en el modelo de Catalina de Siena una inspiración para su vida. Y como ella, opto? por consagrarse a Dios y a los demás, viviendo como laica y al servicio de los más necesitados.

La santa limeña siempre contaba los sueños que tenía: en uno de ellos, vio a Jesucristo como un maestro de construcción, que dirigía en la obra a muchas mujeres muy bien vestidas y adornadas con flores en sus cabezas. Ellas cortaban piedras para construir la nueva Iglesia en América. De esta manera, Rosa anunciaba que las mujeres serían “piedras fundamentales” en la naciente Iglesia, subvirtiendo el orden establecido, ya que en la Lima colonial era considerado deshonroso el trabajo manual y, sobre todo, el de la construcción, que era el trabajo de los esclavos y los indios. Este sueño con mujeres laicas que construyen una nueva iglesia criollo-mestiza americana, sirve para ilustrar las aspiraciones de muchos que anunciaban que la Iglesia en América era edificada por Dios como una nueva casa, en donde las diferencias de clase y género quedaban diluidas.

Su vida entregada no conoció de cálculos. La debilidad de sus fuerzas hizo que falleciera a los 31 años, el 24 de agosto de 1617. Ella fue la primera santa canonizada por la Iglesia en Ame?rica (1671) y los congresales de Tucuma?n de 1816, la nombraron patrona de la Independencia, porque vieron en ella una santa criolla, y una intercesora americana para el nuevo destino de estos pueblos que iniciaban su camino soberano.